Hace ya algunos años, apareció una preciosa ninfa en la cocina de una casa, nunca sabremos si se escapó o si la abandonaron.
Nadie parecía poder hacerse cargo de ella y fue rodando de casa encasa sin que nadie le hiciera un hueco en su corazón, hasta que un buen día,por fin llegó a una familia que le brindó un hogar.
Cariñosa y con carácter le encantaba revolotear por toda la casa de hombro en hombro y sentirse una más de la familia, aquello le hacia sentirse feliz! Pero caprichos del destino, al su dueño, mi cuñado, le salió alergia a las plumas, así que era imposible que se quedaran con ella.
Con mucha pena se vieron obligados a buscarle una nueva casa. Nosotros decidimos quedárnosla hasta ver quien podía hacerse cargo de ella, pero enseguida se hizo un hueco en nuestros corazones! Ya tenía su hogar definitivo, por fin podía sentirse tranquila.
Le encanta acompañarte en las tareas del hogar, bañarse en el fregadero y acurrucarse en el hombro para sentirse querida. Lo mejor de todo es que se lleva genial con nuestro perro Argi y siempre se las ingenian entre los dos para robar un currusco de pan!
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