Como ya hablamos anteriormente, en ocasiones tenemos que recurrir a la inseminación artificial en nuestros animales.
Las causas son múltiples y el estudio de cada caso concreto es fundamental. Pero en este artículo vamos a centrarnos en los pasos que tenemos que seguir para tener éxito en el proceso.
Lo primero que hay que saber es que la inseminación no aumenta el número de gestaciones en cánidos con respecto a un ciclo natural, pero sí supera diferentes inconvenientes como la distancia de los individuos o por ejemplo la inexperiencia de alguno de ellos.
Lo primero de todo es tener decidido el macho con el que queremos cruzar a nuestra perra y saber que estará disponible para la extracción del semen en el momento idóneo de la hembra.
En segundo lugar tendremos que saber el momento perfecto para la inseminación de la perra. Para ello se recomienda hacer un estudio general de la hembra para descartar enfermedades ocultas que puedan interferir en la reproducción, mediante una exploración médica, analítica sanguínea y ecografía.
Una vez que sabemos que la perra se encuentra sana esperaremos al momento de comienzo del “celo”.
En estos días la perra pasa por varias fases diferentes pero sólo ovulará en el momento del ESTRO, dónde la inseminación puede ser efectiva.
Para localizar el momento del estro nos valemos de citologías vaginales seriadas más o menos cada 48 horas y los valores de progesterona en sangre.
Cuándo los datos de la citología, la analítica y el estado de la perra nos lo confirman, podemos pasar a la inseminación.
Se realizan generalmente tres inseminaciones, cada 48 horas cada una, por lo que necesitamos extraer el semen en consulta previamente.
Una vez finalizada la serie de inseminaciones se espera alrededor de 24 días para valorar ecográficamente si se ha producido la gestación.
¿Quieres cruzar a tu mascota?
0 comentarios